La política municipal de la provincia de Málaga vive una extensa e intensa etapa
de convulsiones políticas. De ello hablan los datos objetivos que la colocan
como la provincia andaluza, y posiblemente la española, con mayor número de
mociones de censura presentadas, ocho en total, desde que se inició el actual
mandato de las corporaciones locales en el año 2015.
También se han producido varios relevos, más o menos en
circunstancias normales, en diferentes alcaldías, así como procesos en distintos
consistorios que han terminado siendo dirimidos en los tribunales. Un escenario
a todas luces extraordinario.
Ahora, estamos en vísperas de que el Partido Popular (PP), junto a Ciudadanos
(C’s), desbanquen a la actual alcaldesa socialista de la emblemática villa de Nerja, Rosa Arrabal, alegando la “pésima gestión del PSOE” y que resultó elegida gracias a los votos favorables de los
concejales del propio PSOE, Cs, EVA-Podemos e Izquierda
Unida (IU) y después de haber sido
gobernada, desde los comicios de 1999, por mayorías absolutas de los populares.
La posible moción de censura en Nerja, que sería presentada de inmediato, estaría ligada a la
exigencia de la formación naranja, que tiene en Mijas su bastión más importante en toda España, apoyada por el PP,
para que los populares entreguen en bandeja la cabeza del presidente de su formación en Mijas, Ángel Nozal, y que renuncie a su acta como edil mijeño por los diversos casos de
corrupción en los que está presuntamente implicado.
Ayuntamiento de Nerja. |
Este tira y afloja es el que tiene en suspenso la moción de
censura en Nerja que parece ser un
nuevo paso para que la derecha vaya recuperando, pasito a pasito, el poder que perdieron en los comicios de 2015,
cuando irrumpieron en el ámbito local las formaciones de nuevo cuño que desbarataron
el habitual bipartidismo y que obligó a un auténtico encaje de bolillos para la
formación de los ejecutivos municipales en nuchas localidades del conjunto del
Estado.
A esta permanente inestabilidad política se suman
importantes localidades de la Costa del
Sol, como Vélez-Málaga, Torremolinos o Benalmádena, gobernadas desde la idea del cambio, pero en donde en
el seno del propio PSOE reconocen
que son gobiernos de izquierda pero “cogidos con alfileres”. Parece claro que
la derecha no va a parar y quiere reconquistar el terreno perdido antes de las
próximas elecciones.
Las principales jugadas en este sentido han estado en Marbella y en Rincón de la Victoria. El 29 de agosto de este año se consumaba la
moción de censura en Marbella presentada
días antes con nocturnidad y alevosía, por el PP y los veletas de la Opción Sampedreña (OSP) con el
resultado de sobra conocido. Desmontaban el pluripartito
que presidía el socialista José Bernal,
con ningún argumento de peso y la ciudad marbellí volvía a la etapa de claroscuros que durante tanto tiempo
campeó sobre su cielo.
Pocas semanas antes, el día 6 de junio, caía otro gobierno
de progreso, encabezado por la socialista Encarnación
Anaya, y sustentado en un pacto a cuatro entre PSOE, Ahora Rincón-Podemos,
IU y Partido Andalucista (PA), que contemplaba compartir la Alcaldía dos
años entre los socialistas y la formación morada. Volvía a la Alcaldía a manos
del popular Francisco Salado,
vicepresidente de la Diputación Provincial, gracias al acuerdo con los dos
ediles del PA y los dos de Ciudadanos.
RIADA DE MOCIONES
Esta riada de mociones de censura también pasó por la ciudad
de Ronda, donde el 16 de marzo de
2016, el Partido Socialista (PSOE)
da un golpe de mano y logra un acuerdo con PA
e IU, para desbancar de la Alcaldía
a la popular Mari Paz Fernández y
sustituirla por la socialista Teresa
Valdenebro. Una alianza similar se produce el 20 de febrero de 2017 en la
bella localidad de Frigiliana, donde
tras un acuerdo entre PSOE y PA se hace con el bastón de mando el
socialista Alejandro Herrero, que
releva al popular José Antonio González,
después de un largo y tenso período de cambios de alianzas.
El 5 de marzo de 2016, sale de la Alcaldía de Pizarra, un municipio importante de la
comarca del Valle del Guadalhorce la
socialista Ana Berlanga, que previa
moción de censura es sustituida por el edil del PP, Félix Lozano, tras
un acuerdo antinatura entre populares
e IU. Pocos meses más tarde, el 26
de septiembre del mismo año, la localidad axárquica de Arenas, también asiste a un relevo en su Alcaldía. Sale al alcalde
del PP, Manuel Ríos, para dar paso al concejal de IU, Laureano Martín, que
consigue el apoyo del PSOE.
Dentro del mismo año 2016, concretamente el 11 de noviembre,
en la localidad de Manilva,
tristemente famosa por las aventuras y desventuras de su exalcaldesa, Antonia Muñoz, también es escenario de
otra moción de censura, en la línea de las habituales rencillas de esta
población costera, siempre marcadas por la confusión y los enfrentamientos
entre partidos. Abandona la Alcaldía Diego
José Jiménez (PSOE) y llega Mario Jiménez de Compromiso
Manilva, apoyado por los concejales de IU.
El capítulo de las mociones de censura se cierra con la
presentada en Cuevas del Becerro,
localidad de 1.628 habitantes enclavada en las cercanías de Ronda. Allí, el 30 de enero de 2017 el
socialista Joaquín Esquinas, es
sustituido por Cristóbal González (Más
Pueblo), gracias al apoyo de IU.
RELEVOS
Pero la historia de la convulsa política municipal malagueña
no termina aquí. En Alhaurín el Grande,
que alcanzó notoriedad nacional por las peripecias de su exalcalde Juan Martín Serón, vivió la experiencia
de una moción frustrada por la autoridad judicial que el 26 de junio del año
actual consideró ilegal el procedimiento emprendido por toda la oposición
municipal para relevar a la sucesora del anteriormente citado, Antonia Ledesma, que sigue gobernando
con el apoyo de Por Alhaurín y las
bendiciones de su antiguo partido, el PP.
Otro caso curioso se produjo en Humilladero, de la comarca de Antequera
y cuna del conocido político comunista Antonio
Romero. Allí las discrepancias internas en las filas del PSOE obligaron a dimitir, después de
una larga polémica interna, a Ana Pérez
Nebreda, que fue sustituida por el también socialista Miguel Asencio, que gobierna desde el 6 de julio de 2017 con el
apoyo del PP.
La guinda del relato se pone en Cómpeta (Axarquía) donde
el 12 de mayo de 2016 el entonces alcalde popular y expárroco de la villa, José Luis Torres, dimite, después de ocho años en el cargo, para
seguir su carrera política ocupando un puesto de confianza en la Diputación. Su
sustituto fue el también popular Obdulio
Pérez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario